LISBOA, PORTUGAL UN DESTINO PARADISIACO
LISBOA,
PORTUGAL
UN
DESTINO PARADISIACO
Por: Mariliana
Irizarry Torres
(Estudiante de trabajo social de la UIAPR Recinto de
Arecibo)
Lisboa,
la capital de Portugal, fue nuestro destino turístico durante el fin de semana.
Normalmente, cuando pensamos hacia dónde viajar durante los fines de semana,
pensamos en países al norte de España y muy pocas veces dirigimos nuestra
mirada hacia el oeste. En esta ocasión, decidimos romper el patrón y planificar
un viaje para explorar este país europeo.
Para llegar a Lisboa, tuvimos que salir en la noche ya que en la tarde
tuvimos una excursión al Museo Reina Sofía en Madrid como parte de la clase de
Grandes Maestros de la Pintura Española. Al llegar, inmediatamente sentí la
diferencia en la temperatura por la mayor cantidad calor y humedad en
comparación con Toledo. Nos instalamos en el hostal para prepararnos para el
sábado y poder conocer lugares emblemáticos de Lisboa. Al comenzar el día, me
sorprendió que en la mañana pudimos disfrutar de un día despejado y con el sol
en todo su esplendor.
Visitamos
distintos lugares como La Torre de Belem, el Ascensor de Santa Justa, el
Monasterio de los Jerónimos, el Puente 25 de abril, Plaza del Comercio, Castillo
de San Jorge, entre otros. Cada uno de estos lugares supo cautivarme con
detalles increíbles que merece la pena visitar.
En relación a la gastronomía, tuvimos la oportunidad de cenar en el hostal una cena confeccionada por chefs portugueses y nos prepararon tapas portuguesas. Hubo una gran variedad de quesos y jamones. Como también, almejas aceitunas y hongos en distintas salsas. Como postre probamos lo que le conocen como una “pera borracha” y consistió en una pera bañada en el famoso vino de Oporto. Además, pude probar los famosos Pasteles de Belem que son unos pastelillos de hojaldre y crema originarios del barrio de Belem, a las orillas del río Tajo en su desembocadura en el Atlántico. Mi paladar experimentó sabores completamente distintos y deliciosos.
En relación a la gastronomía, tuvimos la oportunidad de cenar en el hostal una cena confeccionada por chefs portugueses y nos prepararon tapas portuguesas. Hubo una gran variedad de quesos y jamones. Como también, almejas aceitunas y hongos en distintas salsas. Como postre probamos lo que le conocen como una “pera borracha” y consistió en una pera bañada en el famoso vino de Oporto. Además, pude probar los famosos Pasteles de Belem que son unos pastelillos de hojaldre y crema originarios del barrio de Belem, a las orillas del río Tajo en su desembocadura en el Atlántico. Mi paladar experimentó sabores completamente distintos y deliciosos.
En
definitiva, pude compartir con mis amigos de intercambio provenientes de
Estados Unidos y Puerto Rico. Realmente, vivimos momentos inolvidables y de
calidad. Ciertamente, Lisboa es de mis ciudades favoritas y está llena de
lugares por explorar y debe ser el destino turístico de los que tengan la
oportunidad de estudiar en Toledo como parte del programa de movilidad
estudiantil.
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