Mi llegada a Toledo




Mi llegada a Toledo

                                                        Por: Beatriz N. Aymerich Vélez


      De muy joven siempre me llamo la atención de estudiar en la gran Europa. La tierra estudiada en libros de texto, de grandes personajes, culturas y muchas historias. Cuando llegué a la Universidad Interamericana de Puerto Rico y se presentó la posibilidad de hacer ese sueño realidad, no lo pensé dos veces en luchar por alcanzarlo. Con mucha ilusión deseaba tener la oportunidad de un intercambio de estudios en España. Confieso que fue un reto pues en mi recinto, pedían que perteneciera en el programa de honor, ser entrevistada por profesores, hacer horas comunitarias,  cumplir con diferentes requisitos para ver si sería escogida entre otros buenos estudiantes. Gracias a Dios fui seleccionada y celebré con mis amistades y familia este nuevo logro. Jamás imaginé que este proceso se diera tan rápido y menos aún, saber que mi hermana también fuese parte de esta aventura. Al principio de todo este proceso, por mi mente pasaba que la ciudad de Madrid sería mi destino ya que tengo familia allí y conozco mejor la ciudad. Pero todo comenzó en agosto cuando en la universidad, conocí a una chica que tuvo la grata oportunidad de estudiar en la fundación en enero 2019. Entre diálogos y las fotos que me enseñaba, veía como su rostro brillaba contándome bien emocionada sobre su experiencia en la fundación. Gracias a ella, el coordinador de intercambio, leer los "blogs" de los estudiantes en la página de la fundación, mi familia por apoyarme; fui motivada a brincar el charco y aquí estoy contándoles sobre mi llegada a Toledo.



     Mi hermana y yo llegamos a la mística ciudad amurallada de la hermosa Toledo. Es la gran ciudad de las tres culturas; la cristiana, la musulmana y la judía. Solo con mirarla te imaginas ir atrás en el tiempo y es un privilegio contemplar tanta belleza cultural de su arte e historia. Ha sido una bella experiencia el caminar bajando y subiendo por sus estrechas calles admirando sus grandes murallas, sus edificios emblemáticos de gran arquitectura y su gente. Es bien característico de Toledo ver en diferentes lugares espadas, escudos y las armaduras que utilizaban los soldados de la época antigua. Es como una ciudad mágica donde te trae a la imaginación que de repente se pudiera aparecer en el lugar el gran Don Quijote de La Mancha. Se que hay mucha historia alrededor de esas murallas, la cual tendré la oportunidad de aprender durante mi estadía en la ciudad.

 

    La fundación Ortega y Marañón en Toledo nos abrió sus puertas para darnos una experiencia educativa única. Estoy más que agradecida por su gran personal que diariamente se esfuerza en enseñarnos y cuidar cada detalle para que nuestro tiempo en este lugar sea placentero. Es un privilegio tener la oportunidad para establecer lazos culturales entre estudiantes de otras universidades y naciones para aprender de ellos. Debo aprovechar cada momento para crecer positivamente en todos los aspectos como cultural, social y académicamente.


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