Atendiendo a las sociedades marginalizadas en toledo


Atendiendo a las Sociedades Marginalizadas en Toledo 

Por Bryan I. Cruz


        Soy estudiante de trabajo social, actualmente cursando mi tercer año en esta especialidad. En el momento que apliqué al programa de internado de FOM, no pensé que este me otorgaría la oportunidad de trabajar y practicar en un sistema que cambiaría mi punto de vista sobre un grupo de personas marginalizadas tan rápidamente. Explico, al  ser estudiante de trabajo social y entrar al programa de practicas en Toledo, automáticamente me asignaron al albergue Cáritas Diocesanas. Honestamente, no tenía ni idea de que esperar de este programa. Hasta cierto punto me sentía intimidado, no me sentía preparado para una responsabilidad tan grande como puede ser una practica atendiendo a una gran variedad de personas. En Puerto Rico todavía no me hubiese tocado este tipo de practica, en teoría me falta mucho por aprender antes de que me envíen a los centros a ver que he aprendido, pero aquí me han dicho que me amarre bien los pantalones y que ponga manos a la obra. De todas formas, debía enfrentarme al reto. 

        Adelantando el tiempo a mi llegada al albergue me enfrenté con una realidad que jamás esperé. Al entrar me encontré con un ambiente, que aunque se notaba la tristeza de algunos de los participantes, era cálido, invitador, y abierto a enseñarme lo que necesitaba aprender para mi preparación académica. Mientras me paseaba por las facilidades y los cuartos de los participantes podía ver todas las necesidades que estos pasaba, sean físicas o mentales y me sentía muy agradecido de que existía  un lugar como este para ofrecer sus ayudas. En el albergue no solo ofrecen alojamiento, también, ofrecen servicios de lavandería, comidas para participantes adentro y otros que vienen de afuera y servicios de psicología y ayuda social. En total, se concentran en ofrecer ayuda a aquellos que estén listos para crecer y mejorar su situación. Esto significa que la persona que este recibiendo servicios no puede solo estar sin mostrar compromiso a tomar cursos vocacionales o tomar sus terapias, tiene que hacer algo por su propio bien. 




    Aunque mi experiencia personal es poca hasta ahora, he estado encantado con el cuidado y el trato que se le ofrece a los participantes. A los trabajadores le puedes notar que lo hacen con amor y con el respeto que estas personas merecen. Si he aprendido algo es que todos somos iguales, solo que algunos tenemos más complicaciones que otros. Todos merecemos esa segunda oportunidad, ese respeto y la dignidad de tener la oportunidad de crecer y ser mejor persona. Se trata de amor al prójimo y de un corazón abierto.  




    


    

Comentarios

Entradas populares de este blog

BORICUA LLEGANDO A ESPAÑA

Primeras días en la FOM

Enfrentando lo desconocido: haciendo amigos en el extranjero