LLUVIA Y FRIÓ EN MADRID



Visitar la capital de cualquier país es una de las prioridades que tiene cualquier viajero cuando emprende una nueva aventura. ¿Cómo es posible ir a un país y no visitar el centro donde se hace prácticamente todo lo referente al mismo? Es por esto que, cuando supe que vendría a España, una de mis prioridades era visitar la capital de este país: Madrid.



 El viernes 25 de enero de 2019 la Fundación José Ortega y Gasset - Gregorio Marañón, como parte de las actividades extracurriculares que organiza, realizó un viaje a Madrid. Esa noche, junto a mis amigos de Puerto Rico, nos alojamos en un hostal cerca del centro de la capital española y a la mañana siguiente, recorreríamos Madrid por completo. Sin embargo, la misma mañana del viernes amanecí un poco enfermo, por lo que decidí el sábado regresar a Toledo para volver a visitar Madrid cuando estuviera mejor; esta es la historia de la segunda vez que visité Madrid.



  El día anterior, habíamos dado la idea de visitar el Parque Warner en Madrid, pero habían anunciado lluvias así que decidimos no ir al parque pero que, igualmente, iríamos a Madrid. Decidimos tomar el tren de Toledo a Madrid de las 10:25 am y todo fluyó con normalidad.

Llegamos a la estación de Atocha y decidimos tomar el metro hasta la estación Moncloa para visitar el Museo de América, donde se guarda una gran colección de artefactos que datan de la época de la colonización y de antes. Fue una experiencia muy emocionante y llena de sentimientos encontrados pues estaba viendo objetos del continente en el que resido.

Tras salir del museo, visitamos el Faro de Moncloa, donde pudimos ver vistas de Madrid desde una perspectiva diferente a 110 metros de altura. Como el clima no era muy bueno, el viento se escuchaba muy fuerte y la torre se movía cada vez que había una ráfaga fuerte.
Luego de bajar de la torre, fuimos a almorzar y decidimos comer pizza y burritos, tal vez como un acto de rebeldía contra la comida española, buscando precios bastante accesibles y para volver a sentir el sabor de la comida americana.
  Tras salir del museo, visitamos el Faro de Moncloa, donde pudimos ver vistas de Madrid desde una perspectiva diferente a 110 metros de altura. Como el clima no era muy bueno, el viento se escuchaba muy fuerte y la torre se movía cada vez que había una ráfaga fuerte.

Luego de bajar de la torre, fuimos a almorzar y decidimos comer pizza y burritos, tal vez como un acto de rebeldía contra la comida española, buscando precios bastante accesibles y para volver a sentir el sabor de la comida americana.

Todo fluyó bien hasta ese momento. Una vez salimos de comer comenzó a llover y hacía un frío increíble, o al menos para nosotros los puertorriqueños que no estamos para nada acostumbrados a este tipo de clima. Decidimos entonces hacer algo que fuese bajo techo y buscamos un “Escape Room” cercano, con la esperanza de no perder el resto del día. Sin embargo, al llegar al lugar, estaba cerrado, otro necesitaba reservación y un tercero nunca lo encontramos.


            Seguía lloviendo, pero aun así estábamos esperanzados y decidimos ir a visitar el Parque de El Retiro. Cuando llegamos al lugar, nos encontramos con un letrero que decía que el parque estaba cerrado debido a las fuertes ráfagas de viento que había ese día. No obstante, eso no me impidió tomarle foto a la entrada del parque.
  
            Finalmente, decidimos volver a Toledo, pues ya era tarde y, por lo que veíamos era mejor volver ya que nos podíamos enfermar y todos los lugares estaban cerrados. Sin embargo, a pesar de esas experiencias que tuvimos, ahora tengo recuerdos para toda la vida. Además, viví momentos únicos con mis nuevos amigos y eso vale más que una visita a cualquier lugar turístico. Espero en un futuro cercano volver a Madrid y poder gozar de lo que no pude ese día
 

                                                  

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