Salvador Dalí: El gran enigma español

Salvador Dalí: El gran enigma español

Por: Edwin J Delgado Serrano

     España ha sido cuna de grandes artistas que marcaron la historia del arte. Entre los más destacados se encuentran: El Greco, Diego Velázquez, Joan Miró, Pablo Picasso, Salvador Dalí, entre otros. El arte se interpreta como una capacidad de expresión creativa donde el ser humano puede representar los sentimientos, emociones o percepciones captadas. A lo largo de la historia, varios integrantes de la pintura han reflejado su sentir a través de sus obras, dando a conocer sus verdaderos deseos y sentimientos, a su vez demostrando un reflejo de su estado mental. Un gran ejemplo de esto lo es Salvador Dalí, para quien cada una de sus obras tiene un significado. Entre sus obras más destacadas se encuentran: La persistencia de la memoria, La metamorfosis de Narciso, El gran masturbador, La tentación de San Antonio, Los elefantes, entre otros. Dentro de sus pinturas podemos encontrar diferentes elementos simbólicos, entre los cuales  se hace referencia a sus grandes deseos, incluso a su gran amor, Gala. Para entender a Dalí hay que ser Dalí, es decir, entrar en trasfondo para conocer lo que piensa.

     Salvador Dalí es considerado como uno de los artistas más significativos y populares del siglo XX. Es reconocido por ser controvertido, tener un estilo único y unos gustos muy extraños. Este se considera asimismo como apolítico a pesar de tener un fascinación por grandes dictadores y temas políticos, haciendo que se generen fuertes criticas a lo largo de su carrera. Dalí  ha librado muchas controversias y polémicas por el contenido en sus obras, el mismo poseía una actitud egocéntrica y se consideraba un genio. Hay que destacar que fue un artista que logró trascender del mundo de la pintura a la publicidad, esto lo logró mediante su introducción al mundo de cine, teatro, moda, fotografía y literatura. Salvador Dalí, nació el 11 de mayo de 1094 en Figueras, España, donde tuvo una muy dura infancia. De pequeño su padre le enseñaba imágenes horribles, donde aparecían animales en estado de descomposición y varias enfermedades de transmisión sexual, esto para llevarle el mensaje de que si tenía algún tipo de contacto sexual le pasaría lo mismo. Esto es muy importante destacar porque esos traumas de niñez fue lo que hizo que sus pinturas fueran revolucionarias, plasmando sus miedos y recuerdos de infancia en ellas. Este siempre relacionaba el concepto de sexo con la muerte.

     Destacado en el movimiento de los surrealistas, y considerado uno de los exponentes más importantes del mismo, Dalí logra evolucionar este estilo. Aunque su principal formación fue el cubismo, este logro trascender y entrar al circulo surrealista. Siguiendo las teorías de Freud e inspirado en su obra "La interpretación de los sueños" Dalí logra crear un término y estilo en la pintura, plasmando sobre el lienzo cada uno de sus grandes mitos, miedos, fantasías y deseos.  Este método se conoce como el paranoico-crítico, este se define como un sistema espontáneo de conocimiento irracional basado en la asociación interpretativo-crítica de los fenómenos delirantes. Es decir, consiste en dejar aflorar las fobias, obsesiones o influencias del artista en el lienzo de forma que surjan composiciones caóticas, delirantes y enigmáticas. Mediante este método logra integrar elementos simbólicos haciendo referencia a sus miedos de infancia, angustias y gran interés por el tema de la muerte. 

     Fue para el 1929 cuando Dalí se estreno como un artista surrealista presentando una de sus mas grandes obras "El gran masturbador". Esta pintura fue expuesta en una de sus primeras exhibiciones en París y se considerada como una de sus obras más delirantes del artista, reflejando el profundo malestar que abruma su mente en aquel momento. Bajo un mismo lienzo, Dalí logra pintar todas sus obsesiones, fobias e inseguridades y juega a la distorsión de las proporciones, las sombras y las luces. Esta obra es uno de los tantos enigmas que Dalí dejó como legado en sus pinturas.  

     Sin duda alguna Dalí sigue siendo una de las más grandes, controvertidas y enigmáticas figuras del arte moderno. Este marcó el movimiento surrealista y dejó un legado en la historia a través de sus inigualables pinturas. Además de ser un pintor fue de los pocos que logró trascender e influir en las culturas subsiguientes,  tanto dentro del mundo de la pintura, como en el de la publicidad y en los diferentes campos artísticos, convirtiéndolo en una gran figura para su tiempo. Mediante su arte logró elevar a la gente y romper con las barreras, haciéndoles ver en cada una de sus obras lo inimaginable. Tenía un estilo único, una manera diferente de ver las realidades. Él solo quería plasmar en sus obras lo que sentía, sus emociones, ideologías y miedos, además de lograr mezclar la ciencia y lo irreal, el caos y tabúes. Aún se consideran controvertidas algunas de sus pinturas, era todo un maestro en el tema del surrealismo y sin duda, uno de los grandes del siglo. 

“Dalí quería ser inmortal como sus célebres predecesores, y proponiéndose llegar a ser un Velázquez en plena mitad del siglo XX…  ¡llegó a ser un Dalí!” (Descharnes, R., & Neret, G. 1993).