AMIGOS EN TOLEDO




Quién diría que un vuelo de ocho horas desde Puerto Rico a España me haría viajar a la vez por tantos países. Me refiero al hecho de haber conocido a tantas personas de diferentes países en un mismo lugar, la Fundación José Ortega-Marañón. Por consiguiente, desde mi llegada hace aproximadamente un mes y medio, no he dejado de aprender sobre cómo son las diferentes personas que aquí se encuentran.

En la fundación he conocido personas de diferentes partes de los Estados Unidos, Japón y a personas del mismo Puerto Rico con las que no había compartido antes.

                   


Todo comenzó en el aeropuerto de Puerto Rico, donde nos conocimos Fabián, Anabel, Yaeileen y yo, quienes habíamos estado en comunicación, pero nunca nos habíamos visto. Rápidamente, nos hablamos y entablamos una gran amistad hasta el día de hoy. Más tarde ese día, conocí al resto de los puertorriqueños que estudiarían en la fundación: Ashley Meléndez, Ashley Rivera, Yaryeliz y Liza. Entramos en confianza tan rápidamente que ese mismo día fuimos a explorar las calles de Toledo junto a Miho y Chinatsu, estudiantes de Japón. Además, he tenido la oportunidad de conocer amigos que sé que me llevaré para toda la vida.


Conocí a Quinn, mi compañero de habitación con quien, a pesar de no hablar
mucho, me llevo muy bien. Al principio tenía miedo de cómo sería la experiencia de estar en la habitación con alguien que no conozco, pero he tenido una buena experiencia hasta el momento. Esto es parte de las experiencias que uno gana cuando va a estudiar a otro país. No me arrepiento para nada de haber escogido Toledo como oportunidad de intercambio.
Las risas, las perdidas por las ciudades, los viajes inolvidables, son momentos que nunca olvidaré y que cada día que los recuerdo me llenan de mucha felicidad. La fundación constantemente hace que los estudiantes interactúen entre sí para que forjen amistades.


 Por ejemplo, recuerdo la primera vez que conocí a Vanessa Flores, estudiante de Minnesota, en una de las cenas que realizó la fundación. La dinámica era buscar tu pareja dependiendo del nombre del papel que te tocara. A mí me había tocado Fiona y a ella Shrek, de esa manera fue que nos conocimos y hasta el día de hoy tenemos una buena amistad al igual que con Gabriela, a quien Vanessa nos presentó, una chica con ocurrencias peculiares y que todo el tiempo te saca una sonrisa. Y de esa manera es que hice y continuaré haciendo amistades con personas de la fundación. Lamentablemente, sé que en algún momento esta aventura tendrá un final, pero espero que ese final no acabe con las grandes amistades que he forjado en España y que los kilómetros de distancia que nos separan no afecten nuestra amistad.



-       Emmanuel Santiago Berríos


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