CORRE QUE CORRE




No hay nada más divertido que las cosas salgan como uno las ha planeado. En la semana pasado me he lanzado una aventura con Liza M. Vargas, una enorme y agotadora aventura. Primeramente, quiero decir que entre las diversas clases que estoy tomando se encuentra el Camino a Santiago; lo cual fue de gran inspiración para este fin de semana pasado. Liza me comentó que tenía un amigo en Vigo, cerca del Faro de Finisterre, como nuestras amistades iban a París nosotras decidimos ir a Vigo. 

La cosa fue no pudimos ir directo a Vigo, sino que nos quedamos en Santiago de Compostela; la mejor decisión que hemos tomado. Al levantarnos llegamos a la estación del tren y de Toledo fuimos a Madrid. De Madrid hicimos muchas paradas, de verdad que muchas; la parada final de nosotros fue en Ourense. Al salir vimos un tren enorme y nos tomamos fotos graciosas con él, sin embargo, la meta era dar una vuelta por el lugar.
            

Luego de unas horas nos dirigimos a Compostela, un tren de media hora. No era tan larga la espera, llegamos de tarde casi noche. Con el GPS localizamos el hotel en donde nos íbamos a quedar, la cosa era que se encontraba a 30 minutos aproximadamente de la estación del tren. Llegamos casi una después, había una marcha de la mujer, ya que era 8 de marzo “ Dia de la Mujer”. Nunca en mi vida había tenido la oportunidad de ver tantas personas unidas por una causa, la verdad me sorprendió mucho. Fue fascinante ver a tantas personas, adultos, ancianos, niños, adolescentes; cientos de personas unidos por una causa.


Luego de casi media hora llegamos al hotel, teníamos tanta hambre que decidimos ir por comida rápida y descansar para mañana ir hacer el camino. La idea principal era buscar un bus o algo que no llevara al faro, pero la chica del hotel no ofreció una oferta de visita a varios lugares por un precio factible. Al salir de hotel íbamos a ir a KFC pero terminamos en Domino Pizza devorando una grandes porciones de comida. Descansamos y el sábado en la mañana empezó la gran aventura, primero quiero decir que en Santiago hace un clima raro, es un frío, mezclado con lloviznas y a eso le añades la neblina. A las 7:45 de la mañana nos dirigimos en busca de las otras cuatro personas que iban con nosotros.


La primera parada fue en el Puente Maceira, quede encantada con la estructura del puente. El sonido de la corriente era tan relajador y ni hablar de la paz que uno podía sentir. Además de que en ese mismo lugar se encontraba una especie de paso para sacar el agua en los tiempos donde las personas lo hacían todo a mano. También hablo de una danza que hacían las mujeres cuando tenían que esperar que se llenaran los baldes de agua. No recuerdo muy bien el nombre, pero sí puedo decir que el lugar era impresionante, lástima que no puede sacar una foto donde se viera bien.


La segunda parada fue mi preferida, honestamente me sentí tan emocionada, tan feliz de haber tenido la oportunidad de ver la Cascada de Ézaro. Desde que bajamos del auto empezamos con las fotos, de diversos ángulos, haciendo mil muecas. De verdad que el lugar era impresionante, las fotos quedaron hermosas. Entre el sonido de la cascada y las vistas que habían honestamente era un excelente lugar para sección de fotos. Eso fue lo que hicimos, casi explotamos los celulares.  Creo que hemos tenido que aguantarnos por no publicarlas todas porque para mí, todas las fotos quedaron súper bien.
            La tercera parada fue en el faro Finisterre, según lo que estudie en la clase, llegar al faro es la etapa final del Camino a Santiago. Las personas tienen la tradición de llegar y darse una ducha en la playa, luego subir al faro para dejar una prenda que hayan llevado en el camino o prenderle fuego y finalmente ver el atardecer. 
                         

Obviamente no iba a prenderle fuego a nada, pero sí dejé algo que traje desde mi país con la idea de empezar de cero. Me pareció muy curioso la bota que hicieron en hierro y los peregrinos quemaban una pieza de algo que los haya acompañado en el viaje. También la torre donde dejan un pedazo de su historia, había muchas pulseras, lazos, cintas y gomas; incuso muchos candados.  No hay que olvidar la hermosa vista y el sonido de las rompe olas, es una sensación que no se puede describir con palabras. Me encanto todo, paramos en otro lugar donde según cuenta la leyenda se le apareció a Santiago la Virgen María. Allí se encontraba la piedra que cura los dolores de espalda y la piedra que delata tus pecados, la guía nos explicó lo que significaba las piedras para las personas. Muchos creen que es la barca de piedra de Santiago. La tradición es pasar nueve veces por debajo de la piedra para sentirte mejor, solo lo hice una vez. En la otra piedra es pararte y si se mueve es que habías cometido un pecado, ahora mismo no se mueve debido a que una tormenta la rompió. Finalmente vimos la Catedral de Santiago de Compostela, en pocas palabras es una maravilla. Aprecie cada parte de ella con tanto gusto, no podía creer lo enorme y hermosa que es la catedral de Compostela. 

El viaje fue agotador, pero valió la pena, pude ver en persona lo que me hablaban en la clase de Santiago y eso es algo que no se puede describir con palabras. Mi recomendación viaje a Santiago de Compostela el lugar es hermoso y si te encanta el arte te vas a enamorar del lugar.

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