UN VIAJE A VALDESQUI
¿Qué mejor forma de empezar el mes de marzo haciendo algo nuevo? Algo que no
harías en otra ocasión. Una especie de aventura a un lugar nuevo con amigos que
deseen divertirse tanto como tú. Bueno, yo he decidido hacer mi aventura en
Valdesquí, un lugar perfecto para esquiar. He de admitir que no estaba segura
pero es mejor quedarse con el remordiemiento que con las ganas.
Un grupo de amistades; Liza, Yary, Miho y
Fabián. Tomamos la misión de ir a Valdesqui a disfrutar un
día en la nieve. Nos levantamos a las 5:00 para ir a la estación del autobús
que nos llevaría a Madrid que tardó aproximadamente 50 minutos. Luego de allí
tomamos el metro a Moncloa, si sabes del metro no de tarda demasiado, de no
saberlo es preferible que pidas ayuda o leas la guía que puedes encontrar en
varias partes de la estación. Al llegar a Moncloa hay varios buses que te
pueden llevar a las diferentes paradas de Valdesquí. Como todo unos atrevidos
tomamos la última parada en donde puedes encontrar diversidad de pistas para
esquiar o como en mi caso, mil manera de caer y hacer el ridículo.Lo hermoso del lugar es la vista que vas teniendo según suben a la montaña. La
nieve se vuelve más y más frecuente, se empieza a sentir el frío y los
cuchicheos de las personas que se emocionan porque estamos llegando.
Al hacer como tres paradas llega la parada final en
donde es que llega lo bueno. Mi recomendación es en una sola palabra;
paciencia. En el momento que vas a rentar el equipo muchas pero muchas personas
harán lo mismo y van a estar de lado a lado
buscando lo que necesiten. Por eso, ve con paciencia pues todos los que están
presentes quieren esquiar, tener esa experiencia. Entras directo a los zapatos,
si no sabes tu medida de zapatos en centímetro. No hay problema la mayoría de
los zapatos tienen etiquetas donde dicen el tamaño en las diferentes
nacionalidades. Miras la etiqueta y vas a pedir los zapatos, sale en 10 euros.
Luego buscas un lugar para
sentarte porque ponerse los zapatos es una especie de misión imposible. Tras
que son duros, indestructibles pesan como lo que es. Yo en lo personal parecía
un pato andante. No podía creer semejante cosa. Luego pasamos a buscar los
esquí que para eso necesitas saber tu estatura en centímetros y peso en
kilogramos.
Después de pagar y poner el equipo empieza la parte
divertida. Tratar de no perder el equilibrio y no caer. En las películas
muestran que esquiar es tan sencillo. Es solo ponerse el equipo y moverte a tu
gusto. Todo es una mentira.Esquiar es muy complicado, los pies deben estar en
cierta posición; las rodillas en ciertoánguloy ni hablar del peso de cuerpo.No miento cuando digo que es más lo que
estuve en el suelo que en esquiando. Eso era dos pasos y para el suelo. Al
parecer no tengo talento para la nieve. Miho tenía mucha experiencia esquiando
así que nos enseño a mantenernos en pie y poder movernos sin caernos. Poco a
poco y con cada uno de los del grupo. Tuve que pedirle ayuda a par de personas
cada vez que me caía o casi me rompía la pierna pero pude.
Sobrevivímos Todos,
excepto Miho, en algún momentos se cayeron. Luego de casi una lucha eterna por tratar de esquiar decidimos comer algo.
Miho y Fabián se mantuvieron en la nieve, mientras que Liza, Yary y yo
decidimos darnos un momento y comer algo. La cafetería era caliente y los
precios factibles y cómodos.
Pensaba en darme por vencida de volver a
esquiar porque honestamente soy un asco pero Miho me dijo que lo tomará con calma y que ella me
enseñaba paso a paso. Pues lo volví a tratar hasta que pude
"defender." Empecé con dos pasas diez tres caidas. Luego eran menos y
menos frecuentes pero seguía en el
piso. De todos modos me lo disfrute.Lo más curioso de todo fue que encontramos un grupo de puertorriqueños que se
encontraban en las mismas que las mías. Más tiempo en el piso y menos
esquiando. Nos divertimos un montón. Una experiencia única, ml recomndación es
que si van a ir lo hagan en grupo y pidan un entrenador, Sale un poco alto el
precio si es con entrenador pero es más seguro. Nosotros teníamos la ventaja de
que Miho sabía bastante y nos ayudo en Io que pudo.
Al final del viaje nos toco esperar
para ir al bus que nos llevará a Salamanca,
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