VISITANDO EL MUSEO DEL GRECO





Toledo fue la casa e inspiración para uno de los Grandes Maestros de la pintura española y de todo el mundo: El Greco. Muchos debaten acerca de qué era el Greco, ¿griego?, ¿italiano?, ¿español? No importa, si le preguntas a un español, te dirá que es español, y no en vano pues ahí vivió la mayor parte de su vida, específicamente en la ciudad de Toledo. Por consiguiente, esta ciudad tiene un museo en honor a estre grandioso artista: El Museo del Greco.
La fundación realizó un pequeño viaje al museo el pasado miércoles 6 de marzo para visitar una exposición temporal de Antonio Lamazares que se realizaba en el museo. Al principio no sabía que la actividad era ese día, por lo que no pensaba ir, sin embargo, como estaba libre, decidí unirme al grupo y visitar el museo. El fin de esta exposición era rendirle homenaje al uso de colores extraordinarios del Greco junto con poemas de San Juan de la Cruz, escritos en el alfabeto Delfín, creado por el mismo Lamazares. En sus obras une la poesía musical y la poesía de los colores para expresar un arte diferente.
El día estaba lluvioso, por lo que teníamos que andar por las calles con paraguas y caminando con cuidado para no caernos. Una vez llegamos al museo, nos recibió una guía quien fue la persona que nos dirigió en la visita a través del museo. Primeramente, fuimos a las Cuevas que, a pesar de no tener nada que ver con El Greco, tienen historia del sitio donde se construyó la casa-museo.


   
Se le llama casa-museo ya que está inspirada en lo que fue la casa del Greco en Toledo, sin embargo, esta no es exactamente su casa ni está ubicada en donde estaba.

Entramos en la casa de Greco y primero vimos las obras de Lamazares y sus poemas en idioma delfín, arte sumamente distinto al del Greco, pero haciendo homenaje a los colores sobrenaturales utilizados por El Greco en sus cuadros.
Luego, pasamos al área donde se encontraban los cuadros hechos por El Greco. Por ejemplo, estaba El Apostolado, donde se encontraban todos los Apóstoles y Jesús. Sus pinturas reflejan la espiritualidad mediante la deformación en sus personajes. Mientras más espiritual es el personaje, más deformado está.
                                           

 A pesar de que no están algunos de sus cuadros más famosos, como “El entierro del conde de Orgaz”, “La adoración de los pastores” o “El martirio de San Mauricio” se encuentran otros como el “Retrato de Covarrubias”, “Vista y Plano de Toledo” y las pinturas de todos los apóstoles.


 Finalmente, puedo decir que fue una experiencia sumamente gratificante y que espero volver algún otro día al museo para poder apreciar mejor las obras que ahí se encuentran.

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